MANIFIESTO POÉTICO
LA POESÍA COMO INSTRUMENTO DE LA VERDAD
VI
Adscripción al Futurismo.
Del hecho bélico, la belleza y la verdad
61. Reconocemos en el Futurismo la correcta valoración de uno de los rostros inmemoriales de la belleza; esto es, el hecho bélico y su exaltación ideológica. Verdad que conocieron los antiguos y que retrataron magníficamente en obras tales como la Ilíada, la Eneida, el Cantar de Roldán, el CID y otras muchas aspirantes a la gloria eterna. Esta verdad, revitalizada por los fundadores de este movimiento, ha sido en tiempos recientes parte integral de la epopeya del ejército soviético en la gran Revolución de Octubre, así como también espíritu fundador de una parte importante de los hechos de armas de la clase obrera.
62. La cuestión antes ratificada por nosotros nos lleva, en consecuencia, a plantear los tres momentos del desarrollo de nuestro arte:
Primero, el reconocimiento de los principios rectores que inspiran nuestra creación, para nosotros la verdad misma.
Segundo, el momento de la creación en sí; es decir, el proceso de reflexión y elaboración artística de la verdad.
Tercero, la consumación material de esta verdad y, por lo tanto, de nuestra condición artística plena, que no llegará a adquirir su pleno significado (para sí) sino es en la conflagración de clases y en nuestra adhesión entusiasta a las filas del ejército de los trabajadores y el pueblo en su lucha por el poder y la hegemonía absoluta.
63. La implicancia lógica de esta dialéctica del proceso estético es, lo repetimos nuevamente... la necesidad de rechazar drásticamente la concepción tendenciosa del artista como un “librepensador”, reemplazándola por la figura del soldado al servicio de una causa totalizante. Son los ejércitos, de acuerdo a esta verdad, el espacio predilecto de la creación literaria. Será allí donde habrá de florecer, como en los primeros tiempos, la poesía nueva.
64. Somos futuristas, así también, porque reconocemos en los fundadores de esta corriente una voz cuya belleza (reflejo objetivo de la verdad) fue capaz de remecer las bases de la era. Tomamos sus ideas, nos hacemos parte de su enseñanza, y limpiamos con el ácido de nuestra ideología las viscosidades e impurezas presentes en su legado. Estas últimas son especialmente palpables en los exponentes italianos de este movimiento, seducidos inexplicablemente por las ingenuas y candorosas ideas del Fascismo, nuestra némesis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario