sábado, 20 de octubre de 2012




 
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lunes, 23 de abril de 2012


El Levantamiento



Bestias anónimas a las que el yugo enloquece
Servidores autómatas que rompen sus cadenas
y que revelan con sus labios famélicos las escrituras del cisma anunciado,
la feroz atronadura del exterminio del mundo


Animales de tiro que han cargado con el peso del privilegio
Sobre sus hombros ha florecido la técnica,
la ciencia y las bellas artes de la prehistoria larga,
heredando para sí nada más que el peso de los océanos


Artífices de los santuarios del orbe
Adoradores antiguos de dioses,
practicantes de ritos enmohecidos, la superstición cegadora
En sus pechos anida el mandato de una nueva religión sagrada,
el combate humano


¡Productores!
¡Creadores!


Sostened ahora en vuestras manos callosas el altivo madero
La horca libertaria de vuestra ferocidad temible,
la voluntad colectiva del mandato anunciado,
como égida vengadora de la última de las soberanías


¡Estirpe subterránea de la historia!
Animales de carga modernos,
que toman conciencia de su potencia avasallante,
preparando el asalto de las furias del hombre emancipado


Raza maldita que cruza las fronteras,
el encierro de Sión
y que se derrama cual jauría caníbal,
sobre los jardines del mundo luminoso


¡Horda monstruosa que avanza sobre las catedrales del coloso milenario!
Clavan en picas las cabezas de todas las instituciones,
haciendo arder en hogueras los valores del principio enajenante,
la aritmética del lucro y su parafernalia sombría


¡Productores!
¡Creadores!


Despertad ya mismo de tu sueño de siglos,
el sopor venenoso de las jaurías del dinero
Tomad un último aliento, el fuego de Marte propicio


 Ante ti el trono del Imperio Nuevo,
tu voluntad universal,
la redención manifiesta

Manifiesto poético.
La poesía como instrumento de la verdad


I
De los motivos de nuestro arte

 
II
De la poesía, la belleza y el arte como instrumento.
El poeta como soldado

 
III
De la igualdad, la libertad y el totalitarismo.
Del compromiso político y el espíritu de los tiempos


IV
De la religión, la razón científica y el tiempo mesiánico.
De la revelación poética


V
Adscripción al Futurismo y crítica


VI
Adscripción al Futurismo.
Del hecho bélico, la belleza y la verdad


VII
De la revolución vanguardista y la poesía como encarnación de la divinidad.
De la música


VIII
Exhortativo final y diálogo


Propagandísticos (I)


Violencia proletaria


¡La Patria proletaria está en peligro!


¡Salve y Victoria!


Nuestro horizonte


La Predica


Retornar a los Monumentos


¡Guerra!


viernes, 27 de enero de 2012


¡Guerra!


Estrófa:

¡Guerra!
Voz santa y perpetua
Palabra creadora,
anidas en nuestro pecho alimentándonos de una energía indómita

Madre de vencedores,
hoy el proletariado te invoca,
inscriben sus hijos en nuestra frente tu nombre horrendo

Antístrofa:

¡Te exhortamos!
¡Carnicera!
Nosotros a quiénes has aplastado siempre,
alimentando con tu furia la ambición del poderoso

A ti,
que amontonas nuestros cadáveres en montículos de gloria,
arriba de los cuales los héroes adquieren su fama

Epodo:

¡Joven proletario!
Recobra ya el ímpetu de tu brazo vigoroso
Empuña la lanza mostrando al enemigo tu sonrisa altiva

Ofrenda tu sangre en plegaria a lo alto
y lánzate dispuesto al exterminio y la conquista
¡Todos los muros habrán de caer rendidos a tu iracundia!

Estrófa:

¡Guerra!
Partera de Imperios
Prueba suprema de los pueblos con vocación de dominio,
muestra al mundo tu faz amenazante

¡Mito fundante!
Estigma de fuego que convoca a la sangre
y que la transforma en símbolo bendito de una contienda ya próxima

Antístrofa:

Tú que has servido la mesa de cerdos,
dejando en la nuestra nada más que la humillación y el desastre
¡Deja ya de complacerte con nuestro sacrificio!

Epodo:

¡Mujer del Trabajo!
Desatended ya mismo las labores del servicio
Más te valdría acometer en vanguardia,
 ya que no es digno de tu progenie atender a otros

¡Que ningún hombre más ose en fecundaros!
Desde ahora tu amo serán los brazos de tu único amante: el combate

¡Ocupa tu puesto!
Arremeted como jauría de perras rabiosas los flancos expuestos de nuestro enemigo
No olvides que sois las más aptas para la contienda
y que cumpliréis a cabalidad el trabajo de los carniceros

Estrófa:

¡Guerra!
Somos nosotros quienes ahora requerimos de tu aliento venenoso
Préstanos ya el auxilio de los frutos de tu cimiente vengadora,
los servicios de tu descendencia más altanera,
el terror, la fuga y la discordia

Antístrofa:

¡Perra!
Expía tus culpas
¡Se nos propicia!
Obedece con tu espada nuestra ambición arrolladora

Epodo:

¡Ancianos de nuestra clase!
Rehaced las filas y recobrad el aliento
Asid vuestros abollonados cascos y escudos
y alejad ya de vuestro ánimo aquella sombra que enturbia vuestro ánimo belicoso

¡Recordad tus hazañas, la gloria de los antiguos!
Alimentad con el dormido orgullo a los dioses de la nueva aurora

Con voces recias y certeras,
aconsejad con vuestra disciplina el brío de los más inexpertos,
fiados muchas veces a su bravura imprudente

Estrófa:

¡Guerra!
Voz santa y perpetua
Hoy el proletariado te invoca,
inscriben sus hijos en nuestra frente tu nombre horrendo

Antístrofa:

¡Te exhortamos!
¡Carnicera!
Nosotros a quiénes has aplastado siempre,
alimentando con tu furia la ambición del poderoso

Epodo:

¡Caudillos!
¿Qué hacéis ahí esperando inermes y pusilánimes?
Más bien parecéis amilanadas palomas,
que aquellos que tienen bajo su mando la dirección de todos nuestros esfuerzos

¡Redoblad la iniciativa!
¡Sed dignos de vuestras insignias de mando!
Organizad los vastos ejércitos que fluyen a vuestra influencia
y alentad a la tropa con cantos y arengas de devastación y ruina

¡Os seguiremos!
Pero tened en cuenta que si dudáis en demasía,
pasaremos también encima vuestro,
tal como pasa la manada de búfalos encima del animal desprevenido

Estrófa:

¡Guerra!
A ti,
que amontonas nuestros cadáveres en montículos de gloria,
arriba de los cuales los héroes adquieren su fama

Antístrofa:

Tú que has servido la mesa de cerdos,
dejando en la nuestra nada más que la humillación y el desastre
¡Deja ya de complacerte con nuestro sacrificio!

Epodo:

¡Se nos propicia!
Obedece con tu espada nuestra ambición arrolladora

Éxodo:

Sombras ancestrales de tiempos de barbarie
Increpaciones telúricas  que pronuncian tu nombre majestuoso
y que te convocan,
tal cual servidores de una religión llamada catástrofe,
llamándote,
una y otra vez,
al centro de esta epifanía de muerte

lunes, 16 de enero de 2012

MANIFIESTO POÉTICO
LA POESÍA COMO INSTRUMENTO DE LA VERDAD

VIII
Exhortativo final y diálogo


Para terminar, repetimos nuevamente, con fuerza arrolladora: Puesto que la literatura ha puesto especial énfasis en glorificar hasta hoy la inmovilidad pensativa, el éxtasis y el sueño, la esperanza ciega en el pausado evolucionar del hombre, defendemos el valor de la audacia y la velocidad, la manipulación creadora del tiempo, la intervención político-artística del espacio, la imitación y exaltación de las maquinas en su polifonía productiva, el valor de la agresividad y la tecnología, el placer sublime de la conquista…

De esta manera, después de más de un siglo, volvemos a lanzar desde el seno de nuestra clase este manifiesto de violencia arrebatadora e incendiaria, basado en el cual refundamos hoy las líneas rectoras de este movimiento.

………………………………


Cabe aquí reproducir nuestros reclamos contra el primer futurista y sus descargos:


Nosotros: Marinetti, te interpelamos desde nuestro tiempo… Tú que abriste los horizontes de una belleza nueva, implicando en ella la velocidad y el movimiento agresivo de esta era. Tú que alabaste la danza del maquinismo y su febril velocidad… Tú, padre de todas las vanguardias, que fuiste incluso capaz de rebasar con tu influencia las propias barreras de tu fe nefasta, determinando con tu temeridad el curso creador del gran poeta de Octubre…


A ti
Os damos tu última oportunidad
¡Excúsate de tus delirios o condénate!


Marinetti: Queremos glorificar la guerra, única higiene del mundo, el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los anarquistas, las bellas ideas que matan y el desprecio a la mujer… Queremos demoler los museos, las bibliotecas, combatir el moralismo, el feminismo y todas las cobardías oportunistas y utilitarias…


Nosotros: Marinetti, te interpelamos desde nuestro tiempo… Tú que abriste los horizontes de lo imposible, arrebatando la égida de las manos de la tradición para entregárnosla. Tú que alabaste la audacia de nuestro género en su último arrebato contra los dioses. Tú, gran destructor, padre del siglo XX y su virtud enloquecida, antípoda supremo…


A ti
Os damos tu última oportunidad
¡Excúsate de tus culpas o condénate!


Marinetti: ...Y la fuerte y sana injusticia estallará radiosamente en sus ojos. Y estará bien. Porque el arte no puede ser más que violencia, injusticia y crueldad […]


¡Miradnos! ¡No estamos sofocados! ¡Nuestro corazón no siente la más ligera fatiga! ¡Está nutrido de fuego, de valor y de velocidad! ¿Esto os asombra? ¡Es que vosotros no os acordáis de haber vencido nunca! ¡En pie sobre la cima del mundo arrojamos nuestro reto a las estrellas!


¿Vuestras objeciones? ¡Basta! ¡Basta! ¡Las conocemos! ¡Son las consabidas! ¡Pero estamos bien cerciorados de lo que nuestra bella y falsa inteligencia nos afirma! Nosotros no somos -decís- más que el resumen y la prolongación de nuestros antepasados. ¡Puede ser! ¡Sea! ¿Y qué importa? ¡Es que nosotros no queremos escuchar! ¡Guardaros de repetir vuestras infames palabras! ¡Levantad, más bien, la cabeza!


¡En pie sobre la cima del mundo lanzamos una vez más el reto a las estrellas!

domingo, 15 de enero de 2012


MANIFIESTO POÉTICO
LA POESÍA COMO INSTRUMENTO DE LA VERDAD


VII
De la revolución vanguardista y la poesía como encarnación de la divinidad.
De la música



65. En el ámbito de los criterios formales de la elaboración poética, comprendemos y valoramos los logros de la expansión vanguardista del lenguaje, la cual permitió a la literatura alcanzar nuevas cimas expresivas.

66. De la mano de su feroz crítica al anquilosamiento de las formas tradicionales, la “ruptura atonal“ del Dadá, expresión máxima de esta tendencia, puede entenderse así como un quiebre cuya repercusión fue la explosiva rebelión del significado en contra del significante y vice versa. Cacofonía fantástica a través de la cual la belleza conquistó una nueva frontera, su independencia de la forma. Revolución del Arte contra el Arte, se hizo pronto tan evidente que nunca más la innovación llegaría al sitial de canon sin verse ya, desde el instante mismo de su nacimiento, amenazada.

67. Bautismo de la poesía en la velocidad del lozano Siglo XX, alumno vigoroso de la temeridad y el “salto a lo imposible”.

¡Siglo XX, hermoso en tus abismos de innovación y peligro!
Siglo adolescente, siempre dispuesto a ser seducido por la catástrofe, encontrándote a cada paso en encrucijadas de muerte.
Contigo la poesía se puso a tono con el alma turbia de esta modernidad tardía y su maniatismo magnético, acompañando a partir de entonces la aparición del automóvil, el avión y el cinematógrafo.

68. Pero ya ha transcurrido un siglo de esta revolución, luz de neones incandescentes, y todavía hoy algunos imbéciles pretenden la innovación masticando clichés acerca del anti-arte y su versión doméstica: la anti-poesía, “novísimo” tradicionalismo.

¡Risible irreverencia! ¡Conveniente conservadurismo!
“Vanguardistas” de la compra-venta, que rinden culto como pingüinos a aquel urinario que ya cumplirá un siglo
¡No!
La verdad debe ser nuevamente escrita,
he ahí el espíritu de la “Fountain”.

69. Como en toda revolución, debemos reconocer que esta tuvo también sus exabruptos. Entre otros, su furibundo rechazo a la tradición, los museos, las obras del pasado. Otra de sus víctimas fue el adjetivo, asimilando su utilización “desmedida” al predominio de las formas “clásicas”.

70. Ahora bien, esta reflexión, difundida como criterio estético de la producción poética, no ha sido muchas veces más que una recomendación formal, siendo utilizada para la elaboración de meros slogans.

Nosotros discutimos sobre este aspecto desde un punto de vista diferente.

71. De acuerdo a nuestra concepción, la poesía se presenta, en su estado primario, al modo de una pulsión creativa que se encuentra en las profundidades de la mente humana, en aquel espacio en el cual residen las fallas tectónicas del inconsciente. Una “masa crítica” cuyas propiedades le impulsan constantemente hacia el exterior y que se revela al artista en el momento de la inspiración (semejante en muchos sentidos a la angustia), haciendo posible así su nacimiento lingüístico.

72. Según las capacidades propias de cada poeta, esta masa crítica podrá ser progresivamente transformada en una entidad superior (el poema), esto último mediante el desarrollo de un proceso de carácter técnico, portador de una naturaleza divina.

Humanidad, todo lo sagrado habita en tu pecho
En tu corazón resplandecen los templos de mil religiones.

¡Dioses del mundo!
¡Marionetas del capricho!
¡Monumentos del delirio!

Ha llegado la hora de obedecer nuestros designios,
ya que en nosotros reside el verbo de la creación y la vida.

73. El éxito de este proceso técnico, actuante al modo de una persiana entreabierta por entre la cual se cuelan los destellos de la creación misma (o el génesis), dependerá, como señalamos, de la experticia del poeta para descifrar la naturaleza última de aquella “masa primigenia”, llevando a cabo la reconfiguración de sus elementos caóticos (amorfos) en una estructura lógica expresada en el lenguaje. Según esto, puede asimilarse la actividad del poeta a la de un alfarero al momento de modelar la arcilla en su torno.

74. Pues bien, el eje articulador de esta estructura lógica (poema) es la música. El desafío del poeta (aquel pequeño dios como designara Huidobro) es entonces reconocer la música inmanente que reside en el interior de cada poema, descifrando y modulando las voces que habitan en su seno. Como es lógico suponer, sus instrumentos serán, cada cual con propiedades variables de acuerdo a las conexiones que presenten entre sí, las palabras. Desde aquí, la función del poeta es comparable, también, a la del director de una orquesta sinfónica, siendo esta última el alma.

75. El genio de este músico-artesano residirá, por lo tanto, en su capacidad de organizar y dar expresión plástica a estas voces, ubicándose para esto en el punto nodal, de encuentro, entre técnica, forma musical y espíritu. Como es común afirmar, y lo afirmamos nuevamente, es justamente la inspiración (ya sea al modo de una bendición de las musas o como una imprecación proferida por las mismas furias) la argamasa propia del proceso poético.

76. Mirado desde el ángulo de la ontología sagrada del poema, la inclusión más o menos profusa de adjetivos, la confección de nuevas palabras, la transgresión de leyes gramaticales, o el uso de cualquier otro recurso lingüístico, deben entenderse como alimentos de la musicalidad plena del verso. La combinación exitosa de estos recursos dependerá, de manera ideal, más que del cumplimiento de uno u otro criterio formal, de la aplicación creativa de las técnicas propias de las artes musicales en la arquitectura poética: entre otras, la armonía, el contrapunto, la orquestación.

Canones del arte y la creación
Os respetaremos y violaremos a nuestro antojo
¡Una y otra vez!,
buscando en cada uno sus más preciados tesoros.

77. El poema puede considerarse así como un sistema compuesto de estructurales musicales que poseen una ordenación particular y jerárquica. Estructuras musicales que han sido consustanciales al arte poético desde sus inicios, identificables ya sea en los hexámetros de Homero, los sonetos de Shakespeare o en el Zang Tumb Tumb futurista, y que hacen posible la articulación y combinación “satisfactoria” de las voces del alma. Armonía y melodía profundas, mejor o peor logradas, pero que constituyen la “sustancia” de la producción artística en tanto obra.

¡Armonía!
¡Ritmo!
¡Arquitectura!

Vestida de toga o escondida en los sonidos de los manicomios
Imposible escapar de ti, ya que eres el arte mismo
…pese al griterío de la vanguardia, la mejor y más fértil melodía del último tiempo.